La vida en los años 90 era muy diferente a día de hoy, eso es un hecho, gran parte de ese cambio se debe al desarrollo de nuevas tecnologías.
Autos eléctricos, teléfonos, GPS, computadores y mucho más, han cambiado el paradigma de cómo funciona el mundo. Y ahora también lo harán con tus inversiones.
Invertir en tendencias, es invertir en lo que de verdad te apasiona.
Una estrategia creada en base a datos cuantitativos del mercado internacional.
Harry revisa tu portafolio y lo ajustará una vez al mes, si lo necesita.
Te permiten invertir en una selección de empresas vinculadas a tus intereses.
Harry repartirá tu dinero en diferentes sectores, mercados y monedas.
Harry ha estudiado millones de estrategias posibles y más de cuarenta variables del mercado internacional, para poder elegir todos los instrumentos que formarán parte de tu estrategia de inversión.
Las tendencias tech agrupan sectores y empresas que están liderando el cambio tecnológico global: inteligencia artificial, nubes de información, robótica, energías limpias, ciberseguridad, entre otros. Invertir en estas tendencias significa apostar por industrias con alto potencial de crecimiento a futuro.
Las inversiones en tecnología han liderado el crecimiento de los mercados en la última década. Empresas como Apple, Microsoft, Nvidia o Amazon han entregado rentabilidades muy superiores al promedio. Además, la digitalización global sigue acelerándose, lo que mantiene el potencial a largo plazo.
Puedes invertir en tendencias tecnológicas a través de portafolios diversificados que incluyan acciones tecnológicas globales o ETF de tecnología. Plataformas como Holdo ofrecen opciones 100% online, en dólares y gestionadas con inteligencia artificial.
Sí. Las tendencias tecnológicas no son una moda: son parte de una transformación estructural que afecta cómo trabajamos, nos comunicamos, producimos energía y consumimos servicios. Por eso, muchos inversionistas las consideran parte clave de una estrategia de largo plazo.
La rentabilidad corresponde a los últimos 12 meses. La rentabilidad o ganancia obtenida en el pasado no garantiza que se repita en el futuro, recuerda que las inversiones no son un instrumento libre de riesgo.