Chile rompe récords, el dólar cae y la Fed ajusta tasas. Claves del mercado local e internacional.

La última semana estuvo marcada por una fuerte combinación de factores políticos y monetarios que movieron con intensidad a los mercados. En Chile, el optimismo previo a las elecciones presidenciales impulsó al IPSA a nuevos récords históricos, mientras el dólar cayó con fuerza y el cobre volvió a niveles nunca vistos.
En el plano internacional, la Reserva Federal recortó nuevamente las tasas, reforzando un escenario de mayor liquidez, aunque con señales de cautela hacia adelante. En este resumen revisamos qué explicó el rally local, cómo reaccionaron los mercados globales y qué mirar en los próximos días.
El mercado chileno ha vivido días de euforia. Los inversionistas han operado bajo una premisa clara: la anticipación de un resultado electoral favorable para el mercado, junto a un verdadero “viento de cola” internacional, ha impulsado con fuerza los precios de los activos locales.
Si estabas pensando en comprar dólares, el escenario cambió drásticamente en los últimos días. La divisa norteamericana cerró la semana en $909,7, su nivel más bajo desde octubre de 2024. En el balance semanal, el dólar cayó $14, con una baja especialmente pronunciada el jueves, tras los anuncios provenientes de Estados Unidos.
¿Las razones? Debilidad global del dólar luego de la decisión de la Fed, precios del cobre en niveles históricamente altos y, de manera clave, el optimismo local frente al escenario electoral presidencial.
Nuestro principal producto de exportación fue protagonista esta semana. El jueves, el cobre alcanzó un máximo histórico de US$5,38 por libra en la Bolsa de Metales de Londres. Si bien el viernes se produjo una toma de ganancias que ajustó el precio con una caída cercana al 2,5%, hasta los US$5,34, la tendencia de fondo sigue siendo positiva.
Por un lado, este repunte responde a la baja de tasas en EE.UU., que debilita al dólar a nivel global y vuelve más atractivas las materias primas para compradores con otras monedas. Por otro, los persistentes temores sobre una futura escasez del mineral, en un contexto de creciente demanda ligada a la transición energética y las energías renovables.
El desempeño del IPSA fue extraordinario, avanzando de forma sostenida, como una verdadera “escalera”, hasta cerrar en la cima. A pesar de un inicio más lento, marcado por el feriado local y ajustes externos, el índice terminó con un rendimiento destacado, impulsado por una combinación de factores internacionales favorables y un fuerte optimismo local en torno al escenario electoral.
Para poner este rally en perspectiva: en lo que va del 2025, el IPSA acumula una rentabilidad de 55% en pesos. Medido en dólares —considerando además la fortaleza del peso chileno— el retorno alcanza un impresionante 69%, posicionando a la bolsa chilena dentro del top ten mundial de los mejores desempeños bursátiles en dólares del año.
La semana bursátil comenzó realmente el martes, luego del feriado del lunes en Chile. En esa primera jornada, el mercado tuvo que ponerse al día con las caídas registradas en las bolsas internacionales el día anterior. Como resultado, el IPSA interrumpió su racha ganadora y retrocedió un 0,4%, cerrando en 10.179 puntos.
El punto de inflexión llegó el jueves. Tras confirmarse el recorte de tasas en Estados Unidos, el IPSA reaccionó con fuerza y subió un 1,9%, superando por primera vez en su historia la barrera de los 10.300 puntos. Fue una jornada claramente eufórica, con alzas destacadas en acciones como Salfacorp (+4,8%) y Cenco Malls (+2,9%).
El impulso se mantuvo el viernes, cerrando la semana con un verdadero broche de oro. El índice avanzó un 0,4% adicional y alcanzó un nuevo máximo histórico de 10.400 puntos.
El rally del IPSA no fue casualidad, sino el resultado de dos grandes motores:
1. El “efecto Kast”: El mercado ha internalizado la expectativa de un triunfo de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial. Los flujos de inversión muestran una clara preferencia por este escenario, percibido como más pro mercado, lo que ha reducido la percepción de riesgo país y ha llevado a los inversionistas a pagar mayores múltiplos por las acciones chilenas.
2. Fundamentos económicos sólidos: Más allá de la política, existen razones económicas de peso. La inflación continúa convergiendo hacia la meta del Banco Central, el mercado anticipa nuevos recortes de tasas en Chile y el precio del cobre se mantiene en niveles elevados, fortaleciendo los ingresos del país y el panorama macroeconómico.
De cara a la próxima semana, la atención estará puesta en el Banco Central de Chile, que realizará su reunión de política monetaria este martes 16. El consenso del mercado es claro: se espera un nuevo recorte de 25 puntos base, que dejaría la TPM en 4,5%.
Lo interesante viene después. Según las encuestas a expertos, tras este recorte de diciembre podríamos entrar en una pausa prolongada, de alrededor de seis meses, antes de ver nuevos movimientos a la baja, manteniendo la tasa en estos niveles hasta mediados del próximo año.
Este domingo se definió la presidencia entre José Antonio Kast y Jeannette Jara. Durante la semana, el mercado financiero internalizó una victoria del candidato republicano, apoyándose tanto en las encuestas como en los resultados de la primera vuelta. Plataformas de apuestas llegan a asignar una ventaja de hasta 17 puntos porcentuales a Kast, lo que redujo la percepción de riesgo país y ha alimentado el repunte de los activos locales.
Mientras Chile miraba a las urnas, el mundo seguía atento a Washington. La Reserva Federal de Estados Unidos tomó decisiones clave que marcaron el pulso de los mercados globales.
Tal como esperaba el mercado, la Fed anunció su tercer recorte consecutivo de tasas, reduciéndolas en 25 puntos base hasta un rango de 3,5%–3,75%. Sin embargo, la decisión no fue unánime: la votación se dividió 9 a 3, reflejando que no todos los miembros del comité están convencidos de seguir bajando las tasas con la misma rapidez.
El mensaje de Jerome Powell fue de calma y confianza. La Fed proyecta que la economía estadounidense crecerá un sólido 2,3% en 2026, mejorando su estimación previa, mientras que la inflación seguiría moderándose hacia el 2,4%. Powell fue claro en señalar que no hay prisa: los próximos recortes dependerán estrictamente de la evolución de los datos económicos.
Wall Street vivió una semana de “dos caras”. A pesar del recorte de tasas por parte de la Fed, la reacción del mercado no fue homogénea. Los inversionistas optaron por rotar sus posiciones, moviendo capital desde algunos sectores hacia otros, en lugar de aumentar exposición de forma generalizada.
El Dow Jones, que agrupa a 30 de las principales empresas industriales y tradicionales de Estados Unidos, fue el gran ganador de la semana, con un alza acumulada de 1,1%. El impulso vino de una rotación hacia compañías de la llamada “vieja economía” —industriales y consumo básico— percibidas como más estables en un escenario de menor crecimiento. Este cambio de preferencia llevó al índice a cerrar el jueves en máximos históricos.
Por su parte, el Nasdaq 100 reflejó la otra cara de la moneda y retrocedió 1,6% en la semana. Aquí predominó una clara toma de ganancias: los inversionistas optaron por vender acciones que habían acumulado fuertes alzas, especialmente en sectores ligados a la inteligencia artificial.
Un caso puntual que pesó sobre el ánimo fue Oracle, que tras decepcionar con sus resultados llegó a caer más de 10%, arrastrando a otras grandes tecnológicas como Nvidia y Alphabet a lo largo de la semana.
La semana terminó con un cierre amargo. El viernes, todos los índices anotaron caídas significativas: el Nasdaq retrocedió 1,7% y el S&P 500 cayó 1,1% sólo en esa jornada. El principal factor fue el alza en los rendimientos de los bonos del Tesoro.
En términos simples, cuando los bonos ofrecen mayores retornos, tienden a volverse más atractivos frente a las acciones, presionando a la baja a la bolsa. A esto se sumaron declaraciones de miembros de la Fed que sugirieron que la lucha contra la inflación aún no ha terminado, reforzando un tono más cauteloso.
Las bolsas europeas reflejaron lo ocurrido en Estados Unidos, aunque con un desfase horario que les jugó en contra hacia el cierre de la semana. Durante el jueves, el ánimo era positivo: el Euro Stoxx 50 subía 0,8% y el FTSE 100 de Londres avanzaba 0,5%, impulsados por el optimismo inicial tras el recorte de tasas en EE.UU.
Sin embargo, el viernes el escenario dio un giro brusco. Al observar la apertura negativa de Wall Street y el alza en las tasas de los bonos, Europa se contagió rápidamente del pesimismo. Tanto el Euro Stoxx 50 como el FTSE 100 cayeron cerca de 0,6%, borrando prácticamente todas las ganancias acumuladas durante la semana.
Asia tuvo una ventaja clave: el huso horario. Al cerrar sus mercados antes de la apertura de Wall Street, logró capturar el optimismo del jueves sin verse afectada por la corrección del viernes en Estados Unidos.
El cierre semanal fue positivo: el Hang Seng de Hong Kong avanzó 1,8% y el Nikkei japonés subió 1,4% en su última sesión. Este repunte fue clave para recuperar pérdidas previas —el Nikkei, por ejemplo, había caído 0,9% el jueves— y permitió a los mercados asiáticos quedarse con la “foto positiva” de la Fed y el mejor ánimo global que predominó hasta la madrugada del viernes.
La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en este blog, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.