Conoce qué es la calificación crediticia, cómo se determina, qué significan sus niveles y cómo influye en tus decisiones de inversión y financiamiento.
La calificación crediticia es una evaluación del riesgo de crédito de una persona, empresa o país. Es decir, mide qué tan probable es que una entidad cumpla con el pago de sus obligaciones financieras en el tiempo y forma acordados.
Esta nota o “rating” es otorgada por agencias calificadoras y sirve como una referencia para inversionistas, bancos y otros actores financieros a la hora de tomar decisiones de préstamo o inversión.
En otras palabras, una buena calificación indica que es más probable que quien pide dinero pague a tiempo, mientras que una mala calificación refleja mayor riesgo de incumplimiento.
La calificación crediticia cumple múltiples funciones:
En general, una mejor calificación permite acceder a financiamiento más barato.
Las principales agencias internacionales de calificación son:
Cada una utiliza una escala propia, aunque similares entre sí. También existen agencias locales en distintos países, en Chile pueden realizarlo entidades financieras, bancos y agencias de calificación crediticia.
Las calificaciones suelen expresarse con letras. Aquí un resumen de la escala de S&P y Fitch:
Moody’s utiliza una escala similar pero con otras letras: Aaa, Aa1, Aa2, etc.Las calificaciones también pueden tener signos + o – para indicar matices dentro de un mismo nivel.
Una baja en la calificación (o "downgrade") indica que una entidad tiene mayor riesgo de incumplir pagos. Esto puede generar:
Por ejemplo, si un país baja de "grado de inversión" a "grado especulativo", muchos fondos institucionales no pueden seguir invirtiendo en sus bonos, lo que provoca salidas de capital y presión sobre la moneda.
Una mejora en la calificación (o "upgrade") refleja una percepción más sólida sobre la capacidad de pago. Puede atraer inversiones, bajar tasas de interés y fortalecer la imagen de una empresa o país en el mercado financiero.
Ambos miden riesgo de crédito, pero se calculan con metodologías diferentes y tienen alcances distintos.
Un inversionista suele buscar el equilibrio entre riesgo y retorno. Por eso, la calificación crediticia es una brújula para:
Por ejemplo, un bono con calificación AAA pagará menos interés que uno con calificación BB, porque se considera más seguro.
Pueden ofrecer mayor rentabilidad, pero también más posibilidad de pérdida. A eso se le llama riesgo crediticio. Si una empresa o país entra en default, podrías no recuperar tu inversión.
Por eso, entender la calificación crediticia de cada instrumento es clave, especialmente en contextos de volatilidad.
La calificación crediticia es una herramienta esencial para evaluar riesgo. Aunque no lo decidas tú, puede afectar tus inversiones, los fondos en los que participas y hasta la estabilidad de economías completas.
No se trata sólo de letras: se trata de cuánta confianza genera una entidad en su capacidad de pagar. Y eso puede marcar una gran diferencia en tus decisiones financieras.
La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en este blog, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.