Descubre qué es la deuda privada, cómo funciona la inversión en este activo y por qué puede aportar rentabilidad y diversificación a tu cartera.
La deuda privada es un tipo de inversión en la que prestas dinero a una empresa —que no cotiza en bolsa— a cambio de un rendimiento o interés. A diferencia de la deuda pública, que es emitida por gobiernos, la deuda privada es emitida por empresas del sector privado, muchas veces fuera del mercado financiero tradicional.
En lugar de emitir bonos en bolsa, estas compañías buscan financiamiento directamente con inversionistas o a través de fondos especializados. El objetivo puede ser diverso: expandir operaciones, financiar proyectos o refinanciar pasivos.
La deuda privada es una forma de financiar empresas sin pasar por el sistema bancario ni por el mercado de capitales tradicionales.
Cuando hablamos de inversión en deuda privada, nos referimos a poner dinero en instrumentos que representan préstamos hechos a empresas privadas. Estos pueden ser:
A cambio, el inversionista recibe pagos periódicos (intereses) y, al final del plazo, el capital invertido. Esta inversión suele estar respaldada por contratos y garantías que aseguran el pago, aunque el riesgo depende de la empresa que recibe el financiamiento.
La deuda privada tiene varias características que la hacen atractiva, especialmente si buscas diversificar y proteger tu patrimonio.
Dado que estas inversiones no se transan en el mercado tradicional y suelen tener menor liquidez, las empresas pagan tasas de interés más altas que las que ofrecen los bonos públicos o los depósitos a plazo.
Esto compensa al inversionista por asumir un mayor riesgo o por mantener su dinero invertido por más tiempo.
Invertir en deuda privada permite exponerse a sectores y compañías no disponibles en la bolsa, lo que reduce la correlación con activos tradicionales como acciones o instrumentos de renta fija pública.
Esto puede ayudar a suavizar la volatilidad del portafolio, sobre todo en contextos de crisis o baja bursátil.
A diferencia de las acciones, que dependen de los dividendos y pueden variar, los instrumentos de deuda privada ofrecen pagos periódicos definidos por contrato. Esto es ideal para inversionistas que buscan flujo constante de ingresos, como personas cercanas a la jubilación.
Como toda inversión, no está exenta de riesgos, y es importante conocerlos para tomar decisiones informadas:
Es posible que la empresa emisora no pueda cumplir con sus obligaciones (intereses o devolución del capital). Por eso es fundamental que haya un buen análisis de riesgo previo, y que se invierta en empresas sólidas o con garantías suficientes.
Muchas inversiones en deuda privada no se pueden vender fácilmente antes del vencimiento, ya que no cotizan en mercados secundarios. Es clave que el inversionista sepa que su dinero estará comprometido por un plazo determinado.
Al ser operaciones privadas, no siempre están sujetas al mismo nivel de fiscalización que los instrumentos bursátiles. Por eso, es importante invertir a través de fondos regulados o plataformas confiables.
Existen distintas formas de invertir en deuda privada, según tu perfil de riesgo y capacidad de inversión:
Son la forma más común para inversionistas individuales. Estos fondos diversifican el capital entre múltiples préstamos o emisiones privadas, lo que ayuda a reducir el riesgo y mejora la gestión del portafolio.
En Chile, algunos fondos mutuos o fondos de inversión privados ofrecen exposición a esta clase de activos. También puedes encontrar productos automatizados con deuda privada incorporada, como Wallet +.
Algunas plataformas digitales permiten invertir en préstamos a empresas pequeñas o medianas, con tickets desde montos bajos. Eso sí, es fundamental verificar que estén reguladas por la CMF (Comisión para el Mercado Financiero) o que operen con altos estándares de transparencia.
Inversionistas institucionales o de alto patrimonio pueden participar en estructuras privadas de crédito directamente con las empresas. Esta modalidad requiere mayor capital y análisis técnico.
La inversión en deuda privada puede ser adecuada si:
Como siempre, lo ideal es revisar tu portafolio con un asesor o utilizar herramientas automatizadas que definan el peso ideal de este tipo de activos según tu perfil.
Ahora que sabes qué es la deuda privada, puedes entender por qué cada vez más inversionistas la consideran un activo clave para diversificar y mejorar su rentabilidad. No es una inversión para todos, pero bien gestionada, puede ofrecer un excelente complemento para portafolios de largo plazo.
Y tú, ¿ya evaluaste incluir deuda privada en tu estrategia de inversión?
La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en este blog, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.