¿Deuda privada o bonos corporativos? Descubre las diferencias entre estos instrumentos de renta fija
En el mundo de las inversiones de renta fija, dos instrumentos destacan por su capacidad de generar ingresos con menor volatilidad que las acciones: la deuda privada y los bonos corporativos. Aunque comparten ciertas características —como generar intereses fijos o variables y pertenecer al universo de los instrumentos de deuda—, existen diferencias importantes que todo inversionista debería conocer antes de incluirlos en su portafolio.
Los bonos corporativos son instrumentos de deuda emitidos por empresas que cotizan o no en bolsa, pero que se transan públicamente en los mercados financieros. En otras palabras, una empresa solicita dinero prestado al mercado y, a cambio, se compromete a pagar intereses periódicos (cupones) y devolver el capital al vencimiento del bono.
Estos bonos suelen estar regulados por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y muchas veces cuentan con calificaciones de riesgo emitidas por agencias como Fitch, Moody's y Standard & Poor's. Esto le otorga al inversionista un marco claro para evaluar el nivel de riesgo asociado al emisor.
La deuda privada es un tipo de inversión donde el capital se presta a empresas —normalmente privadas o no listadas en bolsa— a través de acuerdos que no se transan en mercados públicos. Estos préstamos se realizan directamente, o bien mediante fondos de inversión especializados que agrupan aportes de muchos inversionistas para otorgar financiamiento privado a empresas.
Es una inversión alternativa que ha crecido en popularidad, especialmente entre quienes buscan mayor retorno que el que ofrecen los bonos tradicionales, sin asumir los vaivenes del mercado accionario.
Aquí te dejamos una tabla comparativa que resume las diferencias clave entre ambos instrumentos:
Los bonos corporativos son especialmente atractivos si buscas:
Además, si estás construyendo una cartera conservadora, o estás próximo a la jubilación, estos bonos te permiten tener un flujo ordenado de ingresos sin sobresaltos.
Por su parte, la deuda privada puede ser una excelente opción cuando:
En ambos casos, estás prestando dinero. Por lo tanto, si la empresa emisora quiebra o deja de pagar, podrías perder tu inversión parcial o totalmente. En bonos corporativos este riesgo se mitiga mediante calificaciones externas; en deuda privada, depende de la evaluación de riesgo interna del gestor.
Un bono corporativo se puede vender fácilmente. En cambio, la deuda privada suele estar sujeta a un plazo fijo sin posibilidad de rescate anticipado o requiere tiempo para gestionar el retiro.
Los emisores de bonos están obligados a entregar información pública. En deuda privada, la transparencia depende del tipo de fondo o contrato, por lo que es clave invertir a través de canales regulados y confiables.
Muchos inversionistas eligen complementar ambos instrumentos. Por ejemplo:
Esta combinación permite lograr un mejor retorno ajustado al riesgo, especialmente en contextos de tasas de interés variables o volatilidad de mercado.
En Chile, ambos instrumentos son utilizados por inversionistas retail e institucionales. La CMF ha promovido el desarrollo de fondos de deuda privada regulados, y existen productos como Deuda Privada de Holdo que disponibilizan el acceso a este tipo de inversiones, con montos más bajos de entrada.
Al mismo tiempo, los bonos corporativos siguen siendo parte importante de las carteras conservadoras, especialmente por su liquidez y facilidad de entendimiento para quienes recién comienzan a invertir.
Ambos instrumentos pertenecen a la familia de la renta fija, pero responden a necesidades distintas:
La clave está en tu perfil como inversionista. Conocer bien estos instrumentos te permite tomar decisiones informadas y construir una cartera verdaderamente diversificada.
Y tú, ¿ya sabes qué rol tendrá la deuda privada o los bonos en tu portafolio?
La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en este blog, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.