Estímulos fiscales 2020 vs 2025: ¿se repetirá la historia?

Los estímulos fiscales cambiaron el rumbo económico en 2020, y en 2025 vuelven a la conversación.

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Estímulos fiscales 2020 vs 2025: ¿se repetirá la historia?

Los estímulos fiscales fueron una herramienta crucial para enfrentar la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 en 2020. Paquetes multimillonarios buscaron contener el desempleo, sostener el consumo y evitar una depresión prolongada. 

Cinco años después, en 2025, ante una nueva desaceleración económica, algunos gobiernos han vuelto a considerar medidas similares. Pero ¿realmente se puede replicar el efecto de los estímulos fiscales de 2020? ¿Qué aprendimos de esa experiencia y qué deberíamos considerar como inversionistas?

Estímulos fiscales 2020

Los estímulos fiscales de 2020 fueron históricos tanto por su tamaño como por su rapidez de ejecución. En países como Estados Unidos, Europa e, incluso, Chile se implementaron programas de apoyo directo a hogares, subsidios al empleo, créditos blandos a empresas y transferencias fiscales.

Principales medidas:

  • Estados Unidos: Tres paquetes de ayuda, que sumaron más de 5 billones de dólares. Incluyeron pagos directos a personas (cheques), aumento de seguros de desempleo, y el programa PPP para pequeñas empresas.
  • Unión Europea: Fondo NextGenerationEU, con más de 750.000 millones de euros, destinados a digitalización, resiliencia económica y transición verde.
  • Chile: Entregas de IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), retiro de fondos de pensiones y créditos con garantía estatal (FOGAPE).

Estas medidas evitaron una crisis de consumo, sostuvieron el sistema financiero y aceleraron la recuperación en sectores clave. En EE.UU., el PIB volvió a niveles pre pandemia en menos de 18 meses. 

Comparación estímulos 2020 y 2025

En 2025, el contexto económico global es diferente. La inflación ha sido una preocupación persistente tras la pandemia, lo que limita la flexibilidad de los bancos centrales y obliga a ser más selectivos con el gasto fiscal.

Diferencias clave:

  • En 2020, el problema era una caída abrupta de la demanda. En 2025, la preocupación es una posible estanflación (bajo crecimiento + inflación).
  • En 2020 se podía emitir deuda sin grandes consecuencias. En 2025, muchos países enfrentan altos niveles de endeudamiento público.
  • En 2020, los estímulos eran de emergencia. En 2025, se busca que sean más estructurales y productivos.

Ejemplos actuales:

  • EE.UU. ha lanzado programas acotados centrados en manufactura local, infraestructura crítica y seguridad energética.
  • En Europa, se continúa con su enfoque verde y digital, pero con menor expansión fiscal.
  • Respecto a Latinoamérica, incluido Chile, ha sido un terreno más cauto, enfocándose en apoyo al empleo juvenil y digitalización de pymes.

Lecciones de los estímulos fiscales de la pandemia

Los aprendizajes de 2020 son fundamentales para entender qué esperar de los estímulos de hoy:

  1. El tiempo es clave: los estímulos deben implementarse rápido para ser efectivos. Los retrasos reducen su impacto.
  2. La focalización importa: medidas universales ayudan en la emergencia, pero en el mediano plazo conviene focalizar en quienes más lo necesitan.
  3. Riesgo inflacionario: estímulos muy generosos pueden recalentar la economía si no hay suficiente oferta.
  4. El efecto riqueza fue real: algunas personas invirtieron parte de sus ayudas fiscales, impulsando bolsas y activos financieros.
  5. Aumentó la bancarización: los pagos digitales y la necesidad de transferencias aceleraron la inclusión financiera.

Impacto en los mercados financieros

Los estímulos fiscales de 2020 fueron uno de los grandes catalizadores del bull market post-COVID. El exceso de liquidez, junto al apoyo monetario, disparó las valoraciones en renta variable y activos de riesgo.

En 2025, los mercados han aprendido a leer con más cautela este tipo de anuncios. Algunos impactos que podrían repetirse:

  • Aumento en el precio de acciones de sectores beneficiados directamente (infraestructura, energía, salud pública).
  • Positivo para consumo discrecional, si hay transferencias directas a hogares.
  • Posible presión sobre bonos soberanos si el mercado anticipa más deuda.

¿Cómo invertir ante nuevos estímulos fiscales?

Si bien no se espera una respuesta fiscal tan expansiva como en 2020, hay oportunidades de inversión asociadas:

1. Infraestructura crítica y transición energética

Fondos públicos destinados a energía renovable, redes eléctricas y autos eléctricos pueden beneficiar a compañías como Enphase, First Solar o proveedores de baterías.

2. Digitalización y ciberseguridad

Con el foco en modernizar servicios públicos y proteger infraestructuras digitales, firmas como Palantir, CrowdStrike o Cloudflare ganan protagonismo.

3. Salud pública e investigación médica

En la medida en que los gobiernos refuerzan los sistemas de salud, hay espacio para farmacéuticas, telemedicina y empresas de análisis genómico.

4. Empresas locales con subsidios

En países que aplican estímulos productivos, algunas pequeñas y medianas empresas pueden beneficiarse a través de licitaciones, subsidios o créditos fiscales.

Conclusión: ¿se repetirá la historia?

No necesariamente. La magnitud y urgencia de los estímulos fiscales de 2020 fueron únicas. Pero sí podría llegar a ser posible que volvamos a ver efectos similares, aunque más acotados a ciertos sectores. 

Como inversionistas, la clave es:

  • Seguir de cerca los anuncios fiscales, especialmente si se trata de EE.UU. y Europa.
  • Identificar sectores alineados con los objetivos de los nuevos estímulos.
  • Considerar el impacto en inflación, tasas de interés y deuda pública.
  • Mantener una estrategia de diversificación con un foco de largo plazo.

En tiempos de incertidumbre, los estímulos fiscales pueden ser una brújula para detectar oportunidades. Es importante recordar que la historia no se repite exactamente igual en el futuro, pero en ocasiones existen ciertos patrones que pueden ayudarnos a pensar en algún camino posible.

La clave es saber leerlo bien para sacar ventaja, y no perjudicarnos.

Matías Humud
Matías Humud

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