Análisis claro del IPoM diciembre 2025 y qué esperar de inflación, tasas y crecimiento en Chile.

Si sigues la actualidad económica en Chile, probablemente has escuchado hablar del IPoM. Puede sonar técnico o lejano, pero este informe tiene efectos muy concretos: influye en el costo de los créditos, en la rentabilidad de las inversiones conservadoras y en los precios que pagamos día a día.
En este artículo analizamos el Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre de 2025, publicado por el Banco Central de Chile. Revisamos qué está pasando con la inflación, las tasas de interés, el crecimiento económico y el escenario internacional, y qué implicancias tiene todo esto para el 2026.
El Informe de Política Monetaria (IPoM) es el principal documento mediante el cual el Banco Central de Chile comunica su visión sobre la economía y explica cómo conducirá la política monetaria para cumplir su objetivo principal: mantener la inflación baja y estable.
No es sólo un reporte de cifras. El IPoM cumple un rol fundamental en:
El informe se publica cuatro veces al año (marzo, junio, septiembre y diciembre) y funciona como una hoja de ruta que guía tanto a los mercados como a las decisiones de hogares y empresas.
Dentro de sus muchas responsabilidades, el Banco Central de Chile, una institución autónoma del Estado, se encarga de ajustar la TPM y elaborar el informe IPoM, involucrando un equipo técnico de cerca de 60 profesionales. Sin embargo, la decisión final en torno a la política monetaria la toma el Consejo del Banco Central.
Este Consejo evalúa el escenario macroeconómico local e internacional y define ajustes en la TPM para controlar la inflación, en este caso mantenerla cerca del 3%, y regular la economía.
En el IPoM de diciembre de 2025, el Consejo decidió reducir la TPM en 25 puntos base, llegando a 4,5%, reflejando un escenario inflacionario más controlado.
Al cierre del informe, el panorama inflacionario muestra un alivio relevante. En noviembre de 2025, la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 3,4%, marcando una baja significativa respecto de los niveles cercanos al 4,0% observados en agosto.
Esta moderación no es casual. Responde a un comportamiento más favorable de los costos, que ha impactado principalmente en los precios de los bienes. Entre los factores clave destacan:
El Banco Central ajustó sus proyecciones y se permitió ser más optimistas, anticipando una llegada más rápida hacia la meta inflacionaria.
Pese al escenario general de desaceleración inflacionaria, el IPoM identifica elementos que podrían afectar los resultados esperados:
Aunque las cifras generales de crecimiento económico son positivas, el elemento más relevante del IPoM de diciembre de 2025 no es sólo cuánto crecerá Chile, sino cómo lo hará.
La economía está dejando atrás una recuperación basada principalmente en el consumo y comienza a apoyarse nuevamente en la inversión, una señal clave de sostenibilidad en el mediano plazo.
Nuevamente, el Banco Central ajustó su perspectiva a una más positiva, que está respaldada por una economía que ha mostrado resiliencia frente a la volatilidad del escenario internacional:
Este ajuste responde a una mejora sostenida de los sectores no mineros y a un impulso externo mayor al previsto, reforzando el escenario de recuperación.
El dato más contundente del informe es el desempeño de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), es decir, la inversión. No se trata de un repunte marginal, sino de una expansión robusta, liderada por la incorporación de maquinaria, equipos y tecnología productiva.
El dinamismo proviene principalmente de grandes proyectos mineros y energéticos. El catastro de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) revisó al alza las inversiones previstas para el período 2024–2028, confirmando que un mayor número de proyectos ha pasado desde la planificación a la ejecución.
Un aspecto especialmente relevante es que esta inversión no queda confinada a la minería. El Banco Central destaca un efecto de propagación hacia actividades como obras de ingeniería, servicios especializados y proveedores industriales, lo que vuelve el crecimiento más transversal de cara a 2026.
Este nuevo ciclo de inversión no es casual. Responde a fundamentos globales que favorecen directamente a Chile y han mejorado sus términos de intercambio, con el cobre como protagonista.
El Banco Central elevó su proyección del precio promedio del cobre para 2026 a US$4,7 la libra, desde una estimación previa de US$4,3, reflejando una demanda más estructural y persistente.
La presión sobre el cobre proviene de tres grandes fuerzas:
El comportamiento de los hogares chilenos está comenzando a normalizarse. Lejos de la volatilidad observada en años anteriores, el consumo privado avanza hoy a tasas moderadas y coherentes con la capacidad de crecimiento de largo plazo de la economía, es decir, con el PIB tendencial.
Según las proyecciones del Banco Central, el consumo privado crecería 2,7% en 2025 y 2,5% en 2026. Al observar las cifras del tercer trimestre de 2025, se aprecia una composición del gasto particularmente relevante:
Esta combinación configura la idea de un consumidor más selectivo, que tiende a priorizar decisiones de gasto asociadas a bienes y servicios de mayor valor, por sobre un consumo generalizado.
Esta recuperación gradual no responde a un impulso puntual, sino a un entorno macroeconómico más favorable percibido por las familias:
El mercado laboral muestra señales de mejora, aunque el proceso de normalización aún es gradual:
Para entender hacia dónde se dirige la economía chilena en el largo plazo, es clave comprender el concepto de Tasa de Política Monetaria Neutral (TPMN). Aunque su nombre suena técnico, sus efectos son muy concretos y se sienten directamente en el costo del crédito y en las decisiones financieras de hogares y empresas.
Tal como lo define el Banco Central la Tasa de Política Monetaria Neutral (TPMN): “Es uno de los parámetros estructurales que el Consejo utiliza para la evaluación del estado actual de la economía, sus perspectivas y la calibración de la política monetaria”. Esta tasa no estimula ni frena la economía, representa cuál es su nivel de equilibrio, en el que la economía crece de forma sostenible y la inflación se mantiene en torno a lo esperado.
En el IPoM de diciembre de 2025, el Banco Central concluyó que la tasa neutral se elevó a 3,75% – 4,75%, con un punto central en 4,25%, por sobre las estimaciones previas cercanas al 4,0%.
El aumento de la tasa neutral sugiere que la era de las tasas de interés ultra bajas, cercana a cero y característica de la década pasada, probablemente quedó atrás.
Hacia adelante, es razonable esperar que los créditos hipotecarios, de consumo y comerciales operen con costos estructuralmente más altos que los observados en años anteriores. En otras palabras, el “piso” de las tasas de interés de la economía ha subido un escalón, redefiniendo el entorno financiero de largo plazo.
Este ajuste no es arbitrario. El Banco Central identifica transformaciones profundas a nivel global que están haciendo que el dinero sea estructuralmente más escaso —y, por lo tanto, más caro—.
Durante décadas, el aumento de la esperanza de vida impulsó el ahorro, las personas guardaban más recursos para financiar una vejez más larga, lo que mantenía las tasas de interés bajas. Hoy, esa dinámica está cambiando.
La caída en las tasas de fertilidad y el envejecimiento de la población han reducido la fuerza de los factores que fomentaban ese ahorro masivo.
La expansión de la Inteligencia Artificial requiere inversiones significativas, tales como construcción de data centers, redes eléctricas, infraestructura digital y hardware especializado. Al mismo tiempo, las expectativas de mayor productividad incentivan a las empresas a invertir hoy para capturar beneficios futuros.
Las principales economías del mundo están enfrentando mayores necesidades de gasto: transición energética, pensiones asociadas al envejecimiento poblacional y un fuerte aumento del gasto en defensa en un contexto geopolítico más tenso.
El IPoM de diciembre de 2025 deja una señal de optimismo, pero no excesivo, para la economía chilena. La inflación ha retrocedido más rápido de lo previsto y el Banco Central proyecta que alcanzará la meta del 3% durante el primer trimestre de 2026, confirmando la efectividad de la política monetaria reciente y entregando alivio al bolsillo de los hogares.
Al mismo tiempo, la actividad económica muestra mayor dinamismo, impulsada por la inversión en minería y energía, con un crecimiento proyectado entre 2,0% y 3,0% para 2026.
Sin embargo, el escenario internacional sigue siendo desafiante: las tensiones geopolíticas, el aumento del gasto fiscal global y la incertidumbre en torno a la Inteligencia Artificial obligan a mantener la prudencia. Chile entra al 2026 con bases más sólidas, pero en un contexto que exigirá flexibilidad y capacidad de adaptación.
Chile entra a 2026 con bases más sólidas, aunque en un entorno internacional que sigue siendo desafiante.
Nota: La información contenida en este blog ha sido extraída del Informe de Política Monetaria (IPoM) de Diciembre 2025 del Banco Central de Chile. Para más detalles, puedes visitar el sitio oficial del Banco Central.
La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en este blog, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.