¿ETFs inversos? Descubre cómo funcionan, sus costes y sus riesgos.

En los mercados financieros no siempre se gana cuando todo sube. Existen estrategias diseñadas para obtener rentabilidad incluso cuando los precios caen. Una de ellas es invertir en ETFs inversos, instrumentos que se benefician de los descensos del mercado y que pueden ser útiles como cobertura o herramienta táctica.
Aunque su concepto pueda parecer complejo, entender cómo funcionan los ETFs inversos permite tomar decisiones más informadas y evitar errores comunes. En este artículo revisaremos qué son, cómo operan, cuáles son sus costes, y las principales ventajas y riesgos que presentan.
Un ETF inverso es un fondo cotizado en bolsa diseñado para moverse en dirección contraria a un índice o activo subyacente. Es decir, si el índice baja un 1% en un día, el ETF inverso debería subir un 1%. Aunque esta relación no suele mantenerse en el largo plazo.
También se conocen como short ETFs o bear ETFs, porque su estrategia replica el efecto de una posición corta: ganar cuando el mercado cae.
Por ejemplo, si inviertes en un ETF inverso del S&P 500 y ese índice cae un 2% en el día, tu ETF inverso podría aumentar un 2% aproximadamente. Por el contrario, si el S&P 500 sube, el ETF inverso caerá.
Su propósito principal no es superar al mercado, sino proteger el portafolio en períodos bajistas o permitir realizar estrategias especulativas de corto plazo sin necesidad de vender activos o usar derivados complejos.
Los ETFs inversos utilizan instrumentos financieros derivados, como futuros y swaps, para replicar de manera inversa el movimiento diario del índice que siguen.
Al igual que los ETFs apalancados, los inversos están diseñados para cumplir su objetivo día a día. Esto significa que su rendimiento acumulado puede diferir del comportamiento inverso del índice a lo largo del tiempo, debido al efecto compuesto y a la volatilidad del mercado.
Por ejemplo, si el S&P 500 baja 1% un día y sube 1% al siguiente, un ETF inverso no quedará exactamente en el mismo punto, ya que no se mueve exactamente igual (esto también podría pasar con ETFs que siguen el rendimiento del índice). Con el tiempo, esa diferencia se amplifica, lo que hace que mantener estos fondos durante periodos largos sea menos efectivo.
El ETF SH (ProShares Short S&P 500) replica el rendimiento del S&P 500, pero en dirección inversa: cuando el índice sube, el fondo baja, y viceversa.
Al 6 de noviembre de 2025, si observamos sus resultados históricos, la diferencia es clara:
Este contraste muestra cómo, a medida que se amplía el horizonte de análisis, la relación inversa entre ambos se distorsiona. Los ETF inversos están diseñados para movimientos diarios o de corto plazo, no para mantenerse durante años.
Por eso, antes de invertir, asegúrate de que cada instrumento esté alineado con tu horizonte de inversión y, sobre todo, con tu tolerancia al riesgo.
Los costes de los ETFs inversos tienden a ser más elevados que los de los ETFs tradicionales, ya que requieren instrumentos derivados y un seguimiento diario para mantener la correlación inversa.
El TER (Total Expense Ratio) de un ETF inverso suele situarse entre 0,70% y 1,50% anual, bastante superior al de un ETF pasivo convencional (0,05%–0,20%).
Esto se debe al coste de mantener las posiciones cortas y los derivados necesarios para replicar la estrategia.
Además del TER, los ETFs inversos pueden incluir costos adicionales asociados a:
Aunque no están pensados para todos los inversionistas, los ETFs inversos pueden ofrecer beneficios interesantes cuando se usan con conocimiento y planificación.
Su principal ventaja consiste en actuar como protección ante caídas del mercado. En lugar de vender tus posiciones, puedes usar un ETF inverso para intentar compensar temporalmente las pérdidas de otros activos.
Por ejemplo, si tienes un portafolio con exposición al S&P 500, podrías usar un ETF inverso del mismo índice para mitigar las pérdidas durante una corrección.
Antes de los ETFs inversos, invertir “en contra del mercado” requería vender acciones en corto o usar derivados, estrategias complejas y con alto riesgo. Estos fondos permiten hacerlo de forma sencilla y regulada, comprando y vendiendo como cualquier acción.
Al cotizar en bolsa, los ETFs inversos ofrecen una alta liquidez. Puedes comprarlos o venderlos durante el día, esto se debe a su simplicidad operativa.
Permiten a los inversionistas aprovechar correcciones o fases bajistas de corto plazo, obteniendo beneficios rápidos, así como también puede experimentar caídas. Recuerda que este instrumento no está libre de riesgos.
Pese a su utilidad, los ETFs inversos también implican riesgos importantes que deben evaluarse con cuidado.
Estos fondos están diseñados para replicar los movimientos diarios del índice, no su comportamiento acumulado. Si se mantienen por periodos largos, pueden desviarse significativamente y perder valor.
Sus comisiones son más altas que las de los ETFs tradicionales, y los costes implícitos derivados del apalancamiento diario reducen la rentabilidad neta con el tiempo.
En días de alta volatilidad, los movimientos adversos pueden provocar pérdidas. Si el mercado rebota tras una caída, el ETF inverso puede caer de forma significativa.
Aunque parecen simples, su comportamiento es difícil de anticipar si no se entiende bien la mecánica de los ajustes diarios. Son instrumentos para inversionistas experimentados que gestionan activamente su exposición.
Usar un ETF inverso no reemplaza una estrategia diversificada. Son herramientas puntuales, no instrumentos base para construir un portafolio.
Existen diferentes ETFs inversos que cubren los principales índices:
Estos ejemplos muestran que algunos ETFs inversos también incorporan apalancamiento, multiplicando el riesgo y la volatilidad.
Los ETFs inversos pueden tener sentido en tres escenarios:
Sin embargo, no deberían usarse como instrumentos de largo plazo. En ese horizonte, la volatilidad y los costes tienden a erosionar su valor.
Los ETFs inversos son instrumentos útiles para proteger un portafolio o aprovechar caídas de mercado, pero su uso requiere conocimiento y gestión activa. Su rendimiento depende del comportamiento diario del índice, por lo que pueden generar resultados inesperados si se mantienen demasiado tiempo.
Si estás construyendo un portafolio equilibrado, conviene entender bien su rol: los ETFs inversos son herramientas de corto plazo, no sustitutos de estrategias diversificadas o fondos tradicionales.
En plataformas como Holdo, puedes invertir de manera más estructurada en ETFs globales diversificados, de gestión activa y pasiva, que han sido seleccionados por algoritmos que equilibran rentabilidad, riesgo y costes, sin necesidad de asumir la complejidad de productos apalancados o inversos. Si quieres saber qué ETFs o estrategias podrían ser las adecuadas para ti, agenda una asesoría gratuita.
La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en este blog, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.